En la esquina del cielo, el tiempo pasa en silencio.
En la esquina del cielo, la lluvia es leve.
En la esquina del cielo, mi vida es intermitente.
En la esquina del cielo, los recuerdos siguen latiendo.
A la orilla del río, me condena la soledad.
A la orilla del río, me encuentro a mi mismo.
A la orilla del río, me olvido de la ciudad.
A la orilla del río, yo te inspiro ruido.
En la esquina del cielo, las luces brillan y se van.
En la esquina del cielo, lo he perdido todo.
En la esquina del cielo, las mentiras sangran.
A la orilla del río, la corriente me hala.
A la orilla del río, el humo del cigarro me cala los huesos.
A la orilla del río, quisiera volar pero no tengo alas.
En la esquina del cielo, la humanidad es patetica y egoista.
En la esquina del cielo, los hombres se arrepienten y piden perdón.
A la orilla del río, he destruido mi aire.
A la orilla del rio, me mata el desconsuelo.
En la esquina del cielo, Dios ha muerto, lo he matado con rencor, lo he matado con pecado, le he escupido en la cara, me he matado.
A la orilla del río, el mundo se ha acabado, lo he quemado, lo he talado, soy yo quién lo ha matado, por nunca haber amado.
En la esquina del cielo a la orilla del rio este cuento se ha terminado.
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