8.10.2011

El apartamento está vacío

"La vieja mano sigue trazando versos para el olvido" 

-Vacío, vacío, vacío.
-¿Vacío?, no sé que tenga que ver con algo, pero de seguro no se asimila a soledad.
-Soledad, soledad, soledad, no, no es lo mismo, claro si hablas de...
-No, sabes que no hablo de eso, dijo él, buscaba con su mirada encontrar por donde escapar de tan incomoda situación.
-Vamos, no es necesario que lo sigas escuchando, te veo luego. Me levante y camine, tal vez mi único destino en ese momento era dar vueltas y vueltas por las mismas calles, como lo hago ahora, como lo haré mañana.

¡Maldito despertador!, odio que me recuerdes el comienzo de la rutina, no sé cuánto te odiaría si cumplieras tu verdadera función, pero no es necesario, dormir sólo es algo que mi cuerpo exige al cabo de unas horas, no algo que haga por placer...Bañarse, desayunar, cepillarse, salir, claro muchas tonterías más, pero son tonterías, caminar al estudio, al trabajo, almorzar, charlar, caminar, volver a casa y una vez más, por muchas veces más, un itinerario que hay que quebrar, para llegar al mismo lugar.

El apartamento está vacío, nadie habita  en el, ni el tiempo, ni yo, nada, es un lugar frío, pero tiene temporadas cálidas, es cuando llegan visitantes, lo organizan, lo animan, ellos se van y otra vez todo es igual, nada habita en el, quisiera que ese apartamento no fuera mi alma. 
Miro a través de la cortina, la ciudad me habla, me invita a recorrer sus calles, a poblarlas de  aquel humo de contrabando, del humo de un gold, de un azul, de cualquiera, sólo sé que me invita a sentir con ella, los misterios que nadie habla, pero algunos ven, pero sigo adentro hoy no lo quiero hacer. 

Las luces palpitan, se que buscan mi alma y en la mitad de la noche la luna llena me llama, ahí la saludo, me reclama que salga a divagar, le doy una sonrisa, miro a su alrededor, sus amigas las nubes hoy le dijeron adiós.
-Luna, ¿Sabes una cosa?.
Ella me mira de la forma más misteriosa, como cuando un niño ve a un extraño y éste le sonríe, el niño se esconde por esa inocente pena, esa que siento justo antes de preguntarle a la luna.
-Tú eres testigo de noches eternas,  tú eres a quien le confieso lo que siento, cuando en este apartamento, sólo estoy yo adentro, tal vez alguien más te use como su musa, como su amiga, pero sé luna que nadie te quiere como su tumba.

Sigue mirándome, se mueve un poco, se queda callada.

Continuo. –Sabes luna, sé que alguien al otro lado del mundo, se pregunta tal vez lo
mismo que yo ¿Dónde está, quién es, qué es, lo que aleja el vacío, lo que llena el alma, eso que le quita el titulo de vacío al apartamento?, pero sabes, el tiempo va a pasar y aunque sean días, meses, años, estaremos otra vez frente a esta ventana haciendo la misma pregunta. Vamos luna, llévame al lugar de tu encuentro con el sol, en el que suelen coquetear y no lo niegues, yo los he visto en su juego de amantes inocentes, yo suspiro en el segundo en que se dicen hasta luego, en que cierro los ojos y siento el aire, en el segundo que recuerdo porque el apartamento vacío no importa, porque al final yo tampoco quiero habitar en el, soy yo quien habita en los otros. Quiero olvidar que las calles hoy parecen guerra.

Yo sé lo que es partir por cuenta propia, yo sé que se siente, a veces olvidas donde está el corazón, puedes romper corazones, como han quebrantado el tuyo, puedes sólo cerrar los ojos  y no sentir las ganas de dar una vuelta más, pero, sí, sólo esperas el mismo vacío, tu en un rincón, como cuando solo sientes miedo, el sol también me dirá adiós, pero el miedo ha de irse cuando te encuentras contigo y al final volveremos a encontrar a aquellas personas y mirándonos a los ojos, contándonos media vida  tal vez, con solo una mirada, otra vez nos llamaremos amigos y todo estará bien. 

Voy a olvidarme de mí, voy a dejar todo venir, el miedo va a partir,¿Y qué más da?, si nada es perfecto y sigo cayendo. Hoy me arrepiento de ser aguafiestas todos estos años, al final, muchos van, muchos vienen, pero sólo quienes vuelven,  formaran un conjunto de apartamentos vacíos, donde encontraran sus visitantes.

-Aquí te encuentro de nuevo.

-Sabias que iba a estar aquí sentada, esperando tu regreso.

-Sabia, que nuestros apartamentos son vecinos.

-Voy a olvidarme de mí, hoy voy a ser feliz.

Él sonríe, me toma la mano y me lleva a dar otra vuelta 

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