11.25.2013

Las cenizas del silencio

Hoy no quisiera abrir los ojos, hoy no quisiera levantarme, hoy no quisiera hablar...

Estos recuerdos me van a joder, me jode el día, me jode el sol, me jode la lluvia, me jode la noche, creo que algo me jode, no estoy segura. 
*
-Mira, Virginia, mira a toda esa gente allá afuera con esas caras, será que vivir no les basta, son repugnantes, que gente tan amargada.

Virginia miraba a mamá con ojos sarcásticos, mamá la miraba con odio, mamá no estaba loca, pero no estaba bien de la cabeza, creo que yo tampoco.   
*
Aquella mañana salí sin rumbo, sí, como todos los días, como todas las noches y como toda mi vida, ese recuerdo me estaba atravesando en la mitad del pecho, como una bala perdida, porque aunque sentía el dolor, no sentía de que situación venía, mierda, a veces te jodes sin sentido, pero te jodes de por vida, esa maldita duda. 

Ahí se encontraba una silla vacía, miré alrededor, no sé que buscaba, tal vez fantasmas, porque ese parque era prácticamente un lugar abandonado, no siendo más me senté, desvanecí sobre esa silla, miré al cielo, me seguí matando el pensamiento, los árboles susurraban, para mí sentían lástima, hasta yo podría sentir lástima de mí.
*
-¡Mamá, deja de joder!.  Gritó Virginia, aquel día no pudo controlarse más.
-Malo porque hablo, malo porque no y porque de pronto, aquí la única jodida eres tú, Virginia. 
-Y si así es, ¿A ti qué te importa?, estoy cansada de tu arrogancia, estoy cansada de que me digas qué hacer, pero sobre todo estoy cansada de esta puta vida, mamá, para que vengas tú a seguir jodiendo, me voy de esta casa, porque soportarte a ti es tratar de soportar un sida en medio de una guerra.

Mamá no lo podía creer, yo entiendo que semejante comparación fue muy sutil. Virginia dejó esa noche la  casa, no supe de ella hasta el día de hoy, desde ese día, no volví a ser yo, puede que con los años cambiara, pero aun así algunas cosas seguían, las mejoré pero seguían, ese día morí, el silencio me mató... La soledad me acompaña desde aquel día, mi hermana me jodió la vida.
*
-¿Mamá, mamá?, me encontraba yo gritando , pero no encontraba su voz, su cuerpo, no encontraba un aterrador sonido siquiera, de repente un escalofrío me pasó por el lado, un roce de la muerte lo llamaría yo... 
-¡Mamá!. La vida me cambió, a mi lado izquierdo la muerte, a mi lado derecho la soledad...

Claro mi hermana la mató, me mató a mí y es que tampoco tuvo el valor de ir a despedirse, de pedir perdón o por lo menos en demostrarle algo de importancia, no sé que fue de su vida sí aún sigue viva no sé nada.
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-Aló,- contestó Virginia. 

Yo me enmudecí, quería una respuesta, quería negarme que ella tuviera algo que ver con la muerte de mamá, pero se me formó un nudo antes de preguntar cualquier cosa... Pero que más daba ya lo sabía todo sin que me dijera nada y aunque para mí esos segundos de silencio fueron como años vacíos, sólo fueron diez segundos. 

-¿Quién es?, hable de una vez que no tengo el día para esperar que deje de ser mudo...Virginia siempre sin alma, sin nada adentro, un día le dije que lo único que tenia era mierda por dentro y no me equivoqué.
-Soy yo, Mercedes...No alcancé a terminar,-¿qué quieres?- dijo ella.
-Virginia mamá  está muerta. 

Sí el silencio fuera ruido, hubiese quedado sorda, Virginia tardó en contestar lo que se puede tardar en saltar al vacío cuando las cosas retienen el alma...

-¿Cuándo?-  preguntó ella.
-Tú no tienes alma,¡¿Cuándo?!, mi mamá se muere y lo único que se te ocurre decir es ¿cuándo?, ¿cuándo te quedaste tú sin alma?, estoy más que segura que tu partida de esta casa tiene que ver con la muerte de mi mamá, estoy segura de que tú la mataste desgraciada. Jamás alcé la voz tanto.
-Mira, Mercedes... tú en esta vida no sabes nada... Y ya que sólo dices maricadas, yo no maté a mi mamá  y no sé qué quieres que diga, tú sabes lo que pasó con mi mamá así que no tengo que sentarme a llorar como una culicagada, ves no entiendes ni mierda, así que mejor hablamos después. Virginia colgó.

...Después,después... Nunca fue, no volví a saber de ella, la casa se nublo de soledad, no volví a soñar, los días fueron grises y aunque todavía algunos lo son, esos días mi vida me mató y si no lo hizo todo se me fue al vacío, ese día me da vueltas y vueltas en la cabeza a cada instante, desde hace tres años. Nunca lo voy a olvidar, nunca. Despertar cada día, implica un recuerdo y cada recuerdo implica nostalgia, no es nada grato dar un comienzo así a una rutina, la casa en silencio, vacía... 

Bueno estoy yo pero es como si no estuviera nadie. 
*
Si tan solo no nos hubiésemos callado tantas cosas, si tan solo las palabras hubiesen sido dichas en el momento correcto no todo se hubiese calcinado, no todo serían cenizas que viajan con el viento, esas que encierran una mira perdida, una mirada de un alma que solo vive entre recuerdos, recuerdos que perduran en el silencio y éstos solo se van a ir el día que me vaya a donde se fue mi mamá. 













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